
Puede definirse una ciencia o disciplina como un “sistema de expresiones justificable en general, que sirve para ordenar los conocimientos sobre un campo determinado de la realidad y bajo un determinado aspecto”. Pasamos a desglosar los elementos de la definición:
1. Sistema. Es un conjunto de elementos ordenados según unas determinadas relaciones y a los que se puede aplicar una serie de operaciones.
2. Justificable. Significa que debe ser capaz de responder a unas normas determinadas; fundamentalmente consiste en la inexistencia de contradicciones , la existencia de unos límites en el alcance de la disciplina, y la conexión “sin vacíos” entre la expresión y otras que le “justifican”. Emplear aquí el concepto de justificable en lugar del de demostrable se muestra por sí mismo. Ya Aristóteles explicaba atinadamente que no todo puede demostrarse, como formalmente demuestra Gödel en sus famosos teoremas de incompletud. La expresión justificable es suficiente para poder distinguir las expresiones o afirmaciones fiables (verosímiles) de las que no lo son.
3. Conocimiento(s). Es una información expresable en el lenguaje apropiado para la disciplina que se trate, elaborada por la razón, que opera sobre información sensible (percibida por los sentidos) con operaciones que le son propias (por ejemplo, inducción o deducción).
4. Campo determinado de la realidad. Cualquier disciplina dirige su atención a un campo determinado de la realidad, no a toda la realidad. Ese campo es el objeto material de la disciplina. Por ejemplo, la física se ocupa del comportamiento de la materia inerte, y la biología de cómo funciona el organismo de los seres vivos.
5. Determinado aspecto. Es el objeto formal al que se dirige la disciplina.
Por ejemplo: La medicina estudia al hombre (objeto material) en el aspecto de su salud física (objeto formal), mientras la psicología coincide en el estudio del hombre (objeto material) pero se ocupa de su conducta (diferente objeto formal).
En función del objeto material de una disciplina existen jerarquías entre las mismas. Acudimos a un ejemplo clásico: Aristóteles diferenciaba la filosofía de las demás ciencias en base a que ésta se ocupa de una cosa (cualquier cosa) en cuanto a esta cosa es, interesándose particularmente en sus principios últimos [Metafísica 4, 1003a 21ss]. Puede estudiar el mismo objeto material que otra disciplina (por ejemplo, el hombre), pero quiere trascender de los aspectos particulares que lo examinan otras ciencias (la filosofía se ocuparía del hombre en cuanto a su esencia y su porqué, trascendiendo al interés que otras ciencias tienen en otros aspectos particulares, como su salud, su conducta o su biología).