A2. Moral especial. 1. Los deberes para con Dios. 2. Las virtudes teologales (2): Esperanza.

La esperanza cristiana es una virtud teologal, infundida por Dios en la voluntad, por la cual confiamos con plena certeza en alcanzar la vida eterna y los medios necesarios para llegar a ella apoyados en el auxilio omnipotente de Dios.
a) La esperanza habitual es necesaria con necesidad de medio para la salvación eterna.
b) La esperanza actual es necesaria con necesidad de medio para la salvación a todos los adultos con uso de razón.
c) Por necesidad de precepto son necesarios también a los adultos algunos datos de virtud de la esperanza.
1. PROPIEDADES DE LA ESPERANZA
Son:
1.1. Honestidad
Debe distinguirse en desear algo para nosotros y desear algo por nosotros. En este segundo caso se enmarca la virtud de la Esperanza, pues no es comparable aspirar a, por ejemplo, un empleo o un estado social -sería el primer caso- que desear un bien sobrenatural al que sólo podemos aspirar por la virtud de la Esperanza. Éste es un bien infinito al que se aspira y el individuo se subordina con esperanza. No hay en esta vida ningún estado de perfección que excluya habitualmente los motivos de la esperanza.
1.2. Sobrenaturalidad
Lo es por principio -sólo puede proceder de divina infusión- o por fin.
1.3. Certeza
De que si no se pone obstáculo a la gracia el individuo puede contar con la ayuda omnipotente divina. Pero como no podemos estar seguros de no poner obstáculos a la gracia la certeza se resuelve en nuestra inclinación, no en nuestro conocimiento infalible (que no puede existir).
2. PECADOS OPUESTOS A LA ESPERANZA
Son:
2.1. Por defecto: la desesperación
Se entiende por tal la voluntaria renuncia a la bienaventuranza eterna por considerarla imposible de alcanzar. Santo Tomás prueba hermosamente que procede de dos pecados capitales: la lujuria y la pereza. Del primero, porque los deleites corporales hunden al hombre cada vez más en el fango de la tierra y producen en su alma el fastidio de las cosas espirituales. Del segundo, porque abate el espíritu y le quita las fuerzas para continuar la lucha contra los enemigos de la salvación, empujándole por tanto a desesperar de conseguirla. Para evitar la desesperación hay obviamente que atacar a estas dos causas.
2.2. Por exceso: la presunción
Es la temeraria confianza de obtener la salvación del alma por medios no ordenados por Dios. La herética es aquella que incluye un error de fe, como son: la pelagiana, que presume obtener la bienaventuranza por las propias fuerzas naturales sin ayuda de la gracia; la luterana, que lo espera todo de la fe, sin el concurso de las buenas obras; o la calvinista, que espera la salvación por la predestinación absoluta de Dios, indiferentemente de las buenas o malas obras.
Notas: a) Imagen del encabezamiento: HendrikVanBalen_TheFeastOfTheGods (Fuente: https://artvee.com/). b) Texto elaborado a partir de extractos resumidos de: ROYO MARIN, Antonio. Teología moral para seglares (1964).