
Resumimos los términos de lo que el filósofo español Gustavo Bueno delimitaba como espacios gnoseológicos. El espacio gnoseológico es aquella estructura formada por todos los componentes, elementos y partes constitutivos de las ciencias o disciplinas. El atributo gnoseológico se refiere a que realiza como distinción fundamental la oposición Materia-Forma; es contrario al atribujo epistemológico, cuya distinción fundamental es la dualidad Sujeto-Objeto.
El espacio gnoseológico se organiza en base a tres ejes:
I. Eje Sintáctico. Formado a su vez por:
I.a. Términos: Son los elementos o partes objetuales -no proposicionales- de una ciencia o disciplina. Por ejemplo: la molécula en ciencias químicas, el cuerpo en ciencias físicas, o el mamífero en ciencias biológicas.
I.b. Relaciones: Son las que se establecen entre los términos del campo de una ciencia o disciplina, de un modo característico. Van asociados a proposiciones,
I.c. Operaciones: Son las transformaciones que uno o varios objetos del campo de la disciplina experimentan en cuanto son determinadas, por composición o división, de un término (sujeto operatorio).
II. Eje Semántico. Formado a su vez por:
II.a. Referenciales: Son los contenidos físicos (corpóreos) de los cuerpos de la disciplina. Por ejemplo, una disolución titulada que se encuentra en un laboratorio, los cristales de una sala de geología, o las letras de un tratado de álgebra.
II.b. Fenómenos: Forma de contenido objetual de términos; por ejemplo, las medidas empíricas de longitudes de onda. Hay que advertir que aquí el fenómeno se entiende contrapuesto a la idea de esencia, que por ejemplo, empleaba Platón: son fenómenos directos, observables y medibles.
II.c. Esencias: Estructura opuesta al fenómeno, que sólo se alcanza en una ciencia desde el estudio de uno o varios fenómenos. Mientras que tratar con fenómenos nos mantiene en el frágil terreno del mundo de la materia y nuestras percepciones de ella, las esencias nos abren el camino hacia la comprensión de los mismos.
III. Eje Pragmático. Formado a su vez por:
III.a. Autologismos: Presencia del sujeto operatorio (un científico, por ejemplo) en una disciplina en las actividades de la misma. Los autologismos presuponen una actividad psicológica en el proceso de construcción de una ciencia o disciplina, pero no es un mero episodio psicológico.
III.b. Dialogismos: Se produce por la interacción de varios sujetos operatorios (varios historiadores, por ejemplo) en una disciplina. Éstas no se pueden concebir al margen de los dialogismos, pues la naturaleza del hombre es social y así es como se general y desarrollan las disciplinas.
III.c. Normas: Reglas y preceptos de la lógica formal, así como las diferentes metodologías científicas o incluso normas morales que presiden las comunidades científicas.