02. Moral fundamental. 4. La conciencia. 3. Educación de la conciencia.

La conciencia es la regla próxima de nuestros actos morales. Nuestra felicidad, tanto la temporal como la eterna, depende de nuestras acciones. Por tanto, es de gran importancia tener una recta educación de la conciencia. La educación de la conciencia se debe realizar en base a una feliz conjunción de medios naturales y sobrenaturales:
I. MEDIOS NATURALES.
a) La buena educación: es el primero y más eficaz medio para adquirir una buena conciencia desde la infancia. Hay que inculcar a los niños desde su tierna edad la distinción entre el bien y el mal y sus diferentes grados, evitando la perniciosa costumbre de muchos educadores de amenazarles con cualquier bagatela, pues esto deforma lamentablemente su conciencia. Es preciso aprender a practicar el bien y huir del mal por propia convicción, no sólo por la esperanza del premio o el temor al castigo.
b) La perfecta sinceridad en todo: esta virtud es de un valor inestimable para la educación de la conciencia, pues casi siempre las deformaciones de conciencia proceden de algún grado de falta de sinceridad para con Dios, con el prójimo o con nosotros mismos. Hay que decir siempre la verdad, aunque cueste, y presentarse como uno es y sin dobleces.
c) Estudio continuado de nuestros deberes y obligaciones: la ciencia, el conocimiento, también media de forma importante para evitar el falseamiento y deformación de la conciencia. Es necesario tener el hábito de adquirir suficiente culturas moral, apartar los prejuicios a priori y estudiar con sincera rectitud los principios de la moral.
II. MEDIOS SOBRENATURALES.
a) Oración: Elevando con frecuencia la voz al Creador para pedirle iluminación en la recta apreciación de nuestros deberes para con Él, el prójimo y nosotros mismos.
b) Práctica de la virtud: La práctica habitual de la virtud establece una naturalidad y simpatía con la rectitud de juicio, así como nada aleja tan radicalmente de esa rectitud moral como el envilecimiento del vicio y la degradación de las pasiones.
c) Confesión frecuente: Es el tercer medio sobrenatural, muy eficaz, para la cristiana educación de la conciencia, ya que nos obliga practicar un diligente examen previo para descubrir nuestras faltas y aumentar nuestras luces con los consejos del confesor, que disipan nuestras dudas, aclaran nuestras ideas y nos empujan a una pureza de conciencia cada vez mayor.
Notas: a) Imagen del encabezamiento: JacquesDumont_TheEducationOfCupid (Fuente: https://artvee.com/). b) Texto elaborado a partir de extractos resumidos de: ROYO MARIN, Antonio. Teología moral para seglares (1964).